jueves, 9 de febrero de 2017

IFFR 2017: The last family

Un detalle curioso en The last family (2016) ocurre para cuando uno de sus personajes confiesa padecer de claustrofobia. Irónico dado que este junto al resto de protagonistas se la pasan encerrados, y tal vez por eso que sucede tanto roce, hostilidad y distanciamiento, a pesar de que viven codo a codo y son familia. El director Jan P. Matuszynski hace un retrato familiar que predice su decadencia, aunque esta misma se alarga, ello incluso cuando por momentos sus miembros se esfuerzan por finiquitar su propia existencia, o “colaboran” porque el otro sucumba lo más pronto posible. Hay un comportamiento de relaciones que gesta negligencia como también mutuo desinterés. Matuszynski para ello encierra a sus personajes en uno de los edificios que la Varsovia de la posguerra (así como otras ciudades de la Europa del Este) engendró. Construcciones que aplazaron sus inauguraciones, muchas de ellas dejadas al abandono, pero que familias como los Beksinski tomaron como lecho de vida y de muerte.
Tenemos a un patriarca, reconocido pintor de mundos utópicos (muy sombríos, por cierto); un hijo neurótico, excéntrico DJ y traductor de películas en inglés; y una madre, abnegada y árbitro de las afrentas del padre provocador y el hijo explotando de nerviosismo. Existen evidencias de una familia disfuncional, pero curiosamente esta va caminando (o sobreviviendo) a través de los años. The last family transcurre desde la década de los 70 hasta los primeros años del Nuevo Milenio. Es decir, hay una larga temporada de convivencia, tiempo suficiente como para que los personajes sean infelices y vivan reprimidos el uno al otro. Jan P. Matuszynski emprende un relato perverso en el cual el correcto y ejemplar padre tiene una introducción en solitario descubriendo un lado que es invisible ante los suyos (aunque es seguro, ellos ya lo saben). Es en efecto el personaje más tétrico, creando universos apocalípticos, filmando a la muerte. Es como si conscientemente el patriarca absorbiera lo funesto. Su vida en resumen es esa rutina. Siendo el espectador de varios entierros, en cierto modo, trágicos, mientras va aguardando al suyo.


The last family podrá ser vista hasta el 20 de febrero en la plataforma de Festival Scope: http://bit.ly/2k8b4cl

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