jueves, 9 de febrero de 2017

IFFR 2017: Antes que cante el gallo

En la película de Ari Maniel Cruz observamos a un personaje conflictivo a propósito de su edad y su ambiente disfuncional. A puertas de la adolescencia, Carmín (Miranda Purcell) se encuentra en la cumbre de la rebeldía, animosidad que se intensifica a consecuencia de los lazos escindidos ante una madre que la desampara y una abuela con quien no mantiene una buena relación, a pesar de ser este familiar la única que la cuida. La llegada del padre, sin embargo, será un cambio que no solo le otorga un nuevo aire emocional al entorno de la niña, sino que además comienza a alimentar su curiosidad de púber. Antes que cante el gallo (2016) en cierto modo puede ser un relato ambiguo que evoca a un “complejo de Electra”, muy a pesar, su director desea llegar más allá del retrato sobre el descubrimiento sexual de una adolescente.
Este filme puertorriqueño es más una travesía la cual va hurgando y provocando el personaje de Carmín. Su necesidad y su curiosidad de pronto comienzan a descubrir ciertos temas o eventos que forman parte del imaginario coyuntural de ciertos espacios en Latinoamérica, tal como la migración o el fanatismo religioso. Pero están también otros temas universales. Es el propio descubrimiento sexual, familias disfuncionales, la violencia. No hay razón para atribuir a ese contexto rural como gestor de aquellos eventos. Simplemente estos acontecen dentro de la realidad que le tocó vivir a Carmín, quien es presa de la rabieta, el instinto, la provocación y el deseo de seguir mirando cuando no debe. Antes que cante el gallo está destinado a ser una historia de aprendizaje. Para el final, las cosas siguen igual como en el principio. Sin embargo, todo es tan diferente.


Antes que cante el gallo podrá ser vista hasta el 20 de febrero en la plataforma de Festival Scope: http://bit.ly/2k4YURF

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