lunes, 16 de mayo de 2016

Semana del Cine Francés: El caso SK1 y La cabeza alta

De no ser porque existe una trama en paralelo, El caso SK1 (2014) sería una película más sobre un asesino en serie y persecutores al borde de la crisis tropezando con pistas y sospechosos erróneos. En referencia a esta trama, es una pesquisa policial; en cuanto a la otra, es un drama judicial. Lo cierto es que la balanza se inclina más por la primera, que alude a un relato detectivesco. El problema es que este mismo no encuentra más que un hilo que lo relacione con esa otra historia. El director Frédéric Tellier parece juntar dos películas que tranquilamente tendrían un mismo significado de forma independiente. La integración de ambas no invoca a un significado adicional; salvo alguno forzado.
En La cabeza alta (2015) se mezcla una serie de dramas que apuntan a la moralidad. A raíz de la reeducación a un adolescente, se desmiembra la rehabilitación de una madre, la redención de un ex rebelde y, además, la obstinación de una mediadora social comprometida con lo que hace. Todo se manifiesta a nivel personal; es la dialéctica del aprendiz rebelde y el educador. Uno se resiste, el otro responde con insistencia. La directora Emmanuelle Bercot desarrolla una trama discreta que se codea con lo trivial, aunque hallando la manera de no tropezar con la fatiga. El joven Malony (Rod Paradot) durante toda la trama se deja llevar por su ira. Es voluble y, por lo tanto, impredecible. En tanto, varios personajes involucrados en la sanación del muchacho giran a su alrededor. No hay más. Los rumores que llegaban de Cannes el año pasado eran ciertos. La cabeza alta no es un filme memorable; sin embargo, tampoco exaspera.

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