viernes, 12 de febrero de 2016

En primera plana

En primera plana (2015) es una película que se apropia de un tema polémico en favor a hacer oda a un oficio; el periodístico. La mayoría de los personajes de esta película no son curas u abogados apañando un crimen masivo. Los héroes de esta historia son, en su lugar, un grupo de reporteros descubriendo la fechoría. Hay además una alusión a esta profesión sostenida por las normas de la “viaje escuela”. Es mediante esto que el compromiso y la maña se ponen a la orden, a propósito de que una sección de investigación del diario Boston Globe designa un caso muy delicado a un grupo de sus empleados. Hurgar sobre este, implica el riesgo que podría recaer tanto en los asignados como en la propia institución. Con esto se abre entonces el clásica enfrentamiento entre organismos; en este caso, es el poder de la Iglesia versus el Cuarto Poder. El director Thomas McCarthy, sin embargo, no convierte su película en un cuadrilátero. Aquí no veremos pugnas o periodistas recriminando cara a cara a los culpables. El filme, en su lugar, se inclina a un argumento de investigación, incluso hasta un nivel detectivesco.
De esta forma es que veremos a un equipo en constante movimiento. El ambiente periodístico es amplio y disperso, y eso lo dejan en claro los protagonistas de esta historia, quienes transitan tanto por oficinas públicas como privadas. Toda clase de reuniones o visitas se manifiestan en estas; las previstas como casuales, así como las clandestinas. La faceta de estos reporteros parece asemejarse a la de un detective privado, la diferencia es que, en este caso, no existe una persona real a quién perseguir. Tal como lo manifiesta uno de los periodistas a cargo de esta “misión secreta”, si bien el tema de investigación consta sobre los abusos sexuales a infantes cometidos por sacerdotes, los sacerdotes aquí no son los perseguidos. La persecución apunta a explorar a algo macro. Estas son las acciones sometidas por una organización.
Temáticamente, En primera plana no es novedad. Años atrás el documental Líbranos del mal (2006), realizado por Amy Berg, ya se había encargado de desvelar ese lado sórdido y “anónimo” de la Iglesia, en referencia a las denuncias acalladas por la misma institución eclesiástica. En cuestión de testimonios o sondeos, la película de McCarthy incluso queda corta al costado del documental. En primera plana, desde ese sentido, tiene una razón más para concentrar su atractivo en la praxis periodística. En razón a esto, es valioso evaluar los roles actorales, los cuales sobresalen de forma pareja. Si bien Mark Ruffalo es el que manifiesta una catarsis más plena respecto al resto, esto no minimiza a esas otras personalidades. Por otro lado, pueda que Ruffalo sea después de todo el retrato más atractivo, sin embargo, tiene algo de postizo, detalle que también comparten sus colegas. Una debilidad de En primera plana es ver a los protagonistas lidiando con sus propios conflictos, las cuales curiosamente se ven relacionados al caso en cuestión. Al parecer el guión quiere resaltar que, literalmente, estos reporteros están envueltos en una labor que se ha tornado en algo “personal”.

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